La llegada del Papa Francisco a México por primera vez desde que iniciara su papado el 13 de marzo de 2013 y, después de que Benedicto XVI renunciara como líder católico en el vaticano. Jorge Mario Bergoglio, es el primer líder católico latinoamericano que visitará México. Del 12 al 17 de Febrero de 2016 se espera la llegada del Santo Padre que consta de una agenda amplia de actividades oficiales y religiosas que se llevaran a cabo en varios estados, entre ellos la ciudad de México, Chiapas, Michoacán y Chihuahua, indico la SRE (Secretaria de Relaciones Exteriores).
Papa Francisco bajo su lema “misionero de la paz” llega a un país dolido, dividido e indignado, que refleja mucho escepticismo por la visita santa, ya que está más preocupado exigiendo justicia a un gobierno plagado de irregularidades, impunidad y corrupción. Esto puede ser otro punto en contra del santo padre que además tiene que lograr conquistar a un pueblo lleno de fervor y fé por Juan Pablo II, quien visito al país cinco veces: 1978, 1990, 1993, 1999, 2002 y dejó una inmensa huella de fé y esperanza, hasta ahora imborrable.
“México siempre fiel” frase que derritió a los mexicanos y se postraron ante un Papa que siempre manifestó lo importante que fue este país para su pontificado por varias razones: eligió México para su primera gira internacional a los tres meses de ser nombrado Papa, su devoción por la Virgen Maria y la su frase que enamoro a todo un pueblo que se lleno de amor, agregando “México sabe bailar, México sabe cantar, México sabe rezar, pero sobre todo México sabe gritar.”
Serenatas, cantos especiales, porras, recibimientos eufóricos, llanto, gritos y cientos de espejos en las azoteas con los que los católicos reflejaban los rayos del sol al paso del avión que trasladaba al amado Juan Pablo II al “Papa Mexicano” como le coreaban, fueron características propias del amor entre el pueblo azteca y Juan Pablo II. Estrategia o amor por parte de este carismático Papa, al echar las bases para que México pasara de una dictadura de un partido político (PRI) a una participación democrática más plural.
Diez años pasaron para que el pueblo recibiera a otro Papa, en 2012 Benedicto XVI, y si, también la primera visita que hizo a una nación hispano parlante en América Latina, fue México. Sin embargo, este pontificado no tuvo buena relación con el país. Benedicto XVI se mantuvo distante, en 8 años solo visito una vez. Este Papa no tuvo el estilo pastoral incluyente, no adaptó culturas o costumbres, no entro en dialogo en otras lenguas, expertos calificaron esta relación como lejana y fría; el “México siempre fiel” de Juan Pablo II sigue gritando “Juan Pablo hermano ya eres Mexicano.”
Papa Francisco tiene una encomienda importante en México, conquistar a un pueblo necesitado de esperanza y fé, imponiendo estilo propio como líder católico. Dentro de los encuentros oficiales, puede ser una ocasión propicia para dialogar, pero lo más importante generar soluciones concretas en temas como el cuidado del medio ambiente, la paz y seguridad, protección de los migrantes, promoción del desarrollo incluyente, combate a la pobreza, desarme nuclear y los derechos humanos, entre otros, según la SRE.
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